Cómo el yoga me ayudó a salir de la ansiedad y la depresión
Mi historia con la salud mental, sin filtros
Durante años viví con ansiedad y depresión. No era algo “leve” o pasajero. Había días en los que no quería levantarme de la cama. Me sentía constantemente tensa, cansada y desconectada de todo: del trabajo, de la gente que quería, de mí.
Probé muchas cosas, algunas ayudaban un poco, otras nada. Pero el vacío seguía ahí. Un día, sin muchas expectativas, fui a una clase de yoga.
La primera clase: cero magia
No voy a mentir: no sentí ninguna “revelación espiritual”. Me sentí torpe, me dolía todo y no entendía por qué todos respiraban tan fuerte. Pero hubo algo distinto: al final, en savasana, tuve un momento de silencio interno que no había sentido en años. Sentí un tipo de alivio. Me fui a casa con esa sensación. Y volví.
Lo que el yoga me enseñó con el tiempo
No me curé de un día para otro. Pero poco a poco:
Empecé a dormir mejor.
Aprendí a respirar cuando sentía ansiedad.
Empecé a identificar mis pensamientos sin creerme todos.
Empecé a mover mi cuerpo con más cuidado y más consciencia.
Aprendí a quedarme conmigo misma sin querer escapar todo el tiempo.
El yoga, acompañado con meditación y mindfulness, me ofreció una herramienta para acompañarme en los días malos, y una práctica que no dependía de que “me sintiera bien”.
No es magia, pero es una base real
El yoga no me “curó”. Sigo trabajando en mí, y probablemente lo haré siempre. Pero el yoga fue el primer lugar donde empecé a sentirme segura dentro de mi cuerpo. Empecé a estar menos en piloto automático y más presente. Y cuando volví a terapia, lo hice desde otro lugar: con más claridad, más paciencia y más conciencia.
Hoy
Hoy soy wellness creator. Pero llegué aquí porque el yoga me ayudó en uno de los momentos más difíciles de mi vida.
Por eso, cuando enseño, no busco que mis clases sean “perfectas” ni que las posturas se vean bonitas. Lo que busco es que sean un espacio donde tú también puedas respirar, parar y encontrarte contigo, como lo hice yo.
Si estás pasando por un momento difícil, no te digo que el yoga es la solución mágica. Pero sí te digo esto: para mí fue un antes y un después. Y puede serlo para ti también.
Con amor,
Krystel